EDITORIAL

La forma mas brutal de vaciar de contenido democrático una elección legislativa


Farsa republicana. Asi calificó la movida de Néstor Kirchner el prestigioso constitucionalista Gregorio Badeni. Farsa republicana. Obligar a Daniel Scioli y a los intendentes a ser candidatos testimoniales porque si ganan no van a asumir sus bancas, es la forma mas brutal de vaciar de contenido democrático una elección legislativa. Los que vivimos en la provincia de Buenos Aires gracias a la creatividad para deteriorar las instituciones que tiene Néstor Kirchner, el 28 de junio votaremos a fantasmas. Votaremos diputados que no van a asumir. Votaremos nombres rutilantes que van a dejar paso a los suplentes que nadie conoce. Esa es la valoración del Congreso de la Nación que tiene el «jefe de la jefa de estado». Es un desprecio absoluto y una subestimación lastimosa hacia el ciudadano. Le ponen espejitos de colores como Colón a los indios para deslumbrarlos y después a cambio les venden humo. Son candidatos de paja. Jueguito para la tribuna. Un engañapichanga de alguien que se cree muy astuto. Es una forma de llevar una elección de medio tiempo que debería ser tranquila y rutinaria al extremo extorsivo de decirle a los argentinos: ojo que si no nos votan se pudre todo. Nosotros ponemos el cuerpo y el nombre y si ustedes no nos quieren nos vamos. Si no les gusta le tiramos el gobierno por la cabeza a Cobos. O a Ballestrini en la provincia. No lo dicen expresamente, pero con sus movidas es como si lo dijeran. Porque, pregunto: ¿Qué tiene que hacer Daniel Scioli si llega a perder la elección cosa que puede ocurrir porque perder está entre las posibilidades de cualquier elección? ¿Debería renunciar el gobernador y los intendentes que pierdan pese a que fueron legítimamente elegidos por dos años mas? Eso nos mete en un peligroso pantano institucional. Reduce la democracia a la timba de un enfermo jugador compulsivo. Y finalmente lo mas grave de todo. una cosa es la lealtad y la disciplina partidaria y otra cosa es ese concepto mafioso que dice: «si yo pierdo me los llevo puesto a todos». Un viejo caudillo del peronismo bonaerense definía la lealtad como la decisión de acompañar al líder hasta el cementerio. Pero sin enterrarse con él. Eso sería un suicidio político. La posición de Montoya puede considerarse de lealtad a su función pública y sus principios republicanos, así le fue, pero con la frente alta y su apellido sin manosear. Hay dirigentes muy cercanos a los Kirchner que lo ven a Néstor desencajado, desesperado, como dando manotazos de ahogado. Scioli y los intendentes son gente grande y pueden inmolarse si lo consideran parte de una estratégia política. Están en su derecho. Pero nadie puede convertir a la República en el Titanic. Hoy el timón lo tiene Néstor Kirchner. Pero en ese barco vamos todos los argentinos